La
experiencia del 17 de octubre fue reactivadora, un día especial.
Para
ser consecuentes con el trabajo de otros años, volvimos a salir a la
calle a luchar de forma activa, tener presencia y provocar la
reflexión fue la intención y el resultado a nuestros ojos fue
positivo.
Por
la mañana en la Plaza de la Herrería, sitio emblemático de la
ciudad, se convoco a una rueda de prensa. Como ya habíamos blogueado
tuvimos una amplia aceptación ya que asistieron todos los medios
citados los cuales nos dieron repercusión al plasmar nuestras
acciones.
Rematando
leímos un Manifiesto donde de alguna manera estábamos todos,
reflejando también la voz de quienes temporalmente no la tienen por
la exclusión. La lectura tuvo la fuerza y la dignidad que no se
pueden quitar, negociar, ni perder; los matices de otros horizontes,
colores de nuestra pluralidad, diversidad y los ecos de la calle.
Por
la tarde nos mezclamos con la gente “común” en distintos puntos
de la ciudad haciendo una pequeña encuesta con un fin humilde y
ambicioso al mismo tiempo, dar a conocer el día, escuchar su
opinión, provocar su reflexión. La exclusión no se viste, ni huele
de una manera determinada, convive puerta con puerta, es una realidad
cercana y palpable no solo propiedad de lugares ajenos y lejanos.
Las
chicas de audiovisuales de la Universidad de Vigo grabaron nuestro
trabajo para su documental sobre la pobreza que estamos seguros
ayudara a crear conciencia.
Despertando
del sueño que nos hace poner en pie cada 17 de octubre, sabemos que
no acabamos con la pobreza, ni la exclusión, pero hicimos algo. Son
las pequeñas cosas que cuando se multiplican en otras pequeñas
generan acción, reacción, transformación.
Todos
somos necesarios, porque nos moviliza la indignación de sentirnos
ciudadanos al margen de su condición y porque somos dignos de
nuestra desesperada esperanza. Seguimos en la lucha porque en
definitiva:
SOMOS
LO QUE HACEMOS PARA CAMBIAR LO QUE SOMOS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario